lunes, 27 de agosto de 2018

Un sistema ferroviario peculiar
La cosa empezó el domingo 19 de agosto. llegada al eropuerto de Manchester con Iberia Express con una puntualidad germánica,, ¡bien por Iberia!. Esperamos 45 minutos a que nos den las maletas. En el carrusel había una información de que las maletas aparecerían antes de 15 minutos. Tardaron más de 45. Ninguna explicación.
Recogidas las maletas, largo paseo hasta la estación de tren del aeropuerto, sacamos dos billetes para Leeds a razón de unos 30 euros cada uno y para cualquier tren a lo largo del día. El tren llega a los 15- 20 minutos. Se llena totalmente, la gente viajando de pie algo mas de una hora sentados en las maletas que van amontonadas en los pasillos. Ni una sola protesta. No me atreví a sacar fotos. Yo pensando en mi Civia a la T4 con sus altas frecuencias y su abundante espacio. Tuve malos recuerdos para el privatizado ferrocarril británico. Un tren de tres coches, diesel lleno hasta petar. Se ve que hay negocio. Por fin llegamos a Leeds y decidimos que para el día de la vuelta vamos a sacar billetes con anticipación en primera y reservando asiento. El recuerdo del viaje de ida lo hacía necesario.
Sacamos los billetes el lunes, nos cuestan algo más baratos que los de la ida, alrededor de 28 euros cada uno.La "franquicia" es Transpenine, del First group, privada. Nos las prometemos muy felices en nuestro tren de las 12. 18.
El día 23 de agosto vamos a la estación . El tren de las 12.18 tiene retrasos que se anuncian "in crescendo" hasta llegar a las 12.35. Explicación " la congestion en York", no nos preocupamos mucho porque vamos con tiempo.Sale el tren a las 12. 38 y nos colocamos en nuestros asientos y el tren sale a unas velocidades lejos de ser vertiginosas.Nos las prometemos felices, pero si, si.
Al cabo de unos 30 minutos de viaje nos dicen que como el tren lleva retraso que tenemos que bajarnos en Manchester Victoria, una estación intermedia, porque debido al retraso el tren termina alli. Nos bajamos del tren arrastrando las maletas y esperamos el siguiente tren que tarda unos 15 minutos en llegar. Yo no puedo evitar algún comentario sarcástico sobre el sistema británico de ferrocarriles que provoca las sonrisas de los pasajeros indígenas. Alguno me da la razón.
Subimos al nuevo tren. A los 10 minutos nos dicen que debido al retraso este tren tampoco nos lleva al aeropuerto, ya que finaliza en Manchester Picadilly, donde podemos coger un nuevo tren. El disgusto crece pero los pasajeros aguantan con flema inglesa, yo no tanto. A los 5 minutos llega un nuevo tren, este de la franquicia Northern, propiedad de Arriva a su vez propiedad de DB la empresa pública de ferrocarriles alemana. Llegamos al aeropuerto y gracias a que yo planifico mis viajes en avión con mucho tiempo tomamos el vuelo sin problemas.
Como se ve :¿que un tren tiene retraso y no puede cumplir con sus mallas?, se deja tirados a los pasajeros y se recorta el viaje, así sin mas. Si esto se hiciese en España yo no se que pasaría, porque por supuesto, ni asomo de devolver dinero, ni siquiera una triste disculpa, como si los pasajeros tuviesen la culpa de que la avaricia de las compañías les llevase a programar servicios que ponen en perpetua tensión la red. Estas son las ventajas del privatizado servicio, unos precios francamente caros y ninguna garantía de que uno llegará a tiempo. En fin una buena experiencia para privatizadores a ultranza